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¡Qué pasó razaaaa!, ¿cómo             Bueno pero así es la vida, a veces hay cosas buenas y otras no tanto,
                                                    como ese chistorete y como lo que ahora les voy a contar...
                                                    Fíjensen que hace unos días estuve leyendo un informe acerca de la can-
                                                    tidad de basura que tiramos y ¿sabían uds. que en promedio se recogen
                                                    aprox. de 2395 toneladas de basura al día en el Sur de California?
                                                     uuTaa!, es un ...ingo (un friego, pues) y cuando uno ve eso, es cuando
                                                    toma conciencia del porqué debemos de tratar de reciclar lo más que se
                                                    pueda, y también el no tirar basura donde quiera, en fin, todo lo que poda

                                                                                                                            Este rollo sigue en la pág. 55

                      les ha ido con estos cam-

                      bios de temperatura, (bien

              o ma’ o meno’)...? ¡Y es que

              con estos cambiantes días uno

              ya no sabe ni qué... así que cuí-

              densenn, cuídensenn!... (ji, ji,

              como si necesitáramos que

Por un tal    alguien nos recomendara cui-
Luis Ruiz     darnos pa’ hacerlo, ¿a poco no?)

Pero güeno, pa’ empezar aquí les va el chisto-

rete sangrón y mamucas de la semana, se llama
“El panadero”, ya es viejito, pero ai’ ta’:

Resulta que un padre de familia muy adinerado

y obviamente con muchos automóviles Merce-

des, BMW, Cadillac, etc, estaba muy preocupa-

do por la inseguridad que se vive en México, por

eso casi ni se atrevía a salir a ninguna parte con

su familia por temor a ser secuestrado, pero un

día decide entonces comprar una Combi para

los fines de semana.

‘‘En este auto -dice a su familia- no vamos a

despertar sospechas, si nos secuestran decimos

que yo soy panadero y que vivimos de una pana-

dería de barrio, ¿entendido?”

Dicho y hecho, el fin de semana van rumbo a

Cuernavaca, cuando los interceptan y efectiva-

mente los secuestran; luego los interrogan por

separado.

A la pregunta de cuáles son sus bienes materia-

les, el padre responde: Yo soy panadero y todo

el sustento de mí familia proviene de lo poco que

gano en la panadería.

La madre les responde: Mi esposo es panadero

y yo le ayudo en la panadería, y de eso vivimos.

El hijo mayor por su lado dice: Yo has-

ta me tuve que salir de estu-

diar para ayudarles a mis

padres en la panadería.

Todo iba muy bien, los

secuestradores casi con-

vencidos estaban a punto

de dejarlos ir cuando

le preguntan al hijo

adolescente:

¿Y, cómo se llama la

Panadería de tu papá?

-¡BIMBO!!! *

.... Y valió ma de res!!! ji!, ji!,,,

les dije que estaba mamuco!!!

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