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diablo con la promesa de que no se llevaría su alma al
                                                                                                             infierno.

                                                                                 En otras versiones de la historia, Jack convence al
                                                                                 diablo para que se suba a un árbol a recoger unas
                                                         manzanas. Cuando el diablo las hace caer, Jack dibuja una cruz en el
                                                          tronco del árbol para impedirle bajar y se lleva la fruta. De nuevo, el
                                                         herrero deja ir a Belcebú tras hacerle prometer que no se lo llevará al

                                                                                                                                             PASE A LA PAG. 39

La historia  El hombre,
             que vendió
de Jack su alma al
O’Lantern diablo

                                              Halloween
                                          ya llegó y es
 costumbres de muchos poner una lámpara
  hecha con una calabaza a la puerta de su
casa. Pero pocos saben la verdadera leyen-
  da de Jack O’Lantern, hoy te la contamos.
         ¿Quién era Jack-O’-Lantern?
 Jack, o Will, según la tradición, era un hom-
bre al que se le conocía particularmente por
dos rasgos: ser un borracho y un tacaño. Sin
 embargo, él no se consideraba a sí mismo
 como una persona avara, sino todo lo con-
trario, se creía un ser generoso, que simple-
 mente había tenido mala suerte en la vida,
puesto que nunca había ganado una apuesta
           -era un apostador también-.
Era un muy buen herrero, aunque muy poco
 aplicado, de hecho, cada vez que hacía di-
nero, no hacía más que derrocharlo en vicios

   propios del mismísimo “satanás”, al menos
       según la moral cristiana de la época.

    Una noche Stingy Jack salió a beber con
   el mismísimo diablo. Después de muchos
   tragos, el tacaño de Jack no quería pagar
   la cuenta, así que convenció al diablo para
  que se convirtiera en moneda. El diablo así
 lo hizo, pero Jack se guardó la moneda en el
  bolsillo junto a una cruz de plata que impidió
   al diablo recuperar su forma original. Tras
  usar la moneda varias veces, Jack dejó ir al

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